26/07/2015

El actual independentismo catalán: algunas preguntas inocentes

Quiero situarme en una voluntaria inocencia respecto a la actual propuesta independentista que plantean algunos catalanes (ejemplos de la ANCCDC, ERC), con la intención de despojarme de prejuicios que puedan llevarme a la incomprensión de la misma. Actualmente el planteamiento es, según lo veo, que una parte de los españoles, residentes en una parte del territorio nacional, quieren romper las relaciones administrativas a nivel estatal con el resto del mismo, llevándose con ellos además a los demás empadronados en dicha porción de territorio y desoyendo lo que podamos opinar los que vivimos en el resto.
Pues bien, guiado por el susodicho constructivo espíritu, quiero plantear una serie de preguntas, abiertas de partida y analíticas en sus fines:

1) ¿Por qué se desea la separación respecto a España, a la vez que la permanencia en la Unión Europea? ¿Se trata de una cuestión de competencias, es decir, que da la casualidad de que las competencias compartidas con el resto de España deberían asumirse separadamente, pero las que se comparten con el resto de la UE, incluida España, están bien así?

2) ¿Por qué se pretende buscar la independencia de Cataluña por un procedimiento fuera de la legalidad vigente en Cataluña misma, que es la de España? (los independentistas ya han dicho que su opción es la ruptura y no la reforma). Hay que tener en cuenta que ya existe un camino legal por el que caminar a la independencia de una parte del territorio nacional. Consistiría en reformar los artículos 1, 2, 8 y 56 (como mínimo) de la Constitución, contra los que la independencia choca actualmente, por suponer una ruptura de la unidad nacional. Para ello hace falta, según indica la propia Constitución (art. 168):
1. [...] aprobación del principio por mayoría de dos tercios de cada Cámara, y a la disolución inmediata de las Cortes.
2. Las Cámaras elegidas deberán ratificar la decisión y proceder al estudio del nuevo texto constitucional, que deberá ser aprobado por mayoría de dos tercios de ambas Cámaras.
3. Aprobada la reforma por las Cortes Generales, será sometida a referéndum para su ratificación.
Es decir, se necesita conseguir una mayoría clara a favor de la ruptura a nivel nacional, tanto en las Cortes como directamente en referéndum, antes de definir constitucionalmente el procedimiento por el que se podría romper la unidad nacional.

3) Sea cual fuere el procedimiento para alcanzar la independencia ¿se admitiría la opinión del resto de los españoles? No hacerlo supone poner la independencia real por delante de la jurídica, porque se estaría diciendo que los catalanes sólo se mantendrían unidos al resto de españoles debido a una capacidad de decisión ya de hecho independiente. (Esta pregunta ya la han respondido los independentistas, indicando que sólo los catalanes deberían opinar, por otra parte en congruencia con su opción de ruptura de la legalidad vigente.)

4) En la premisa de que la decisión sobre la independencia correspondiera sólo a los catalanes (esto es, a los españoles empadronados en Cataluña), ¿qué apoyo a favor de la independencia se considera suficiente? Por ejemplo, el actual Estatuto de Cataluña indica (Título VII) que los apoyos que sólo en Cataluña el propio Estatuto ha de tener para su reforma son 2/3 del Parlamento catalán y mayoría de votos en referéndum. Sin embargo el cabeza de la lista única independentista (vamos a intentar no pensar que es porque considera imposible llegar a 2/3 de diputados independentistas) mantiene la puerta abierta a que se decida por una sencilla mayoría absoluta parlamentaria que, tal como está la distribución de escaños de la actual legislación electoral autonómica catalana, viene sobrerrepresentando a los nacionalistas, con lo que se podría dar el escenario de que una mayoría de diputados independentistas en el Parlamento representase en realidad a una minoría de votos independentistas. Y hacerse independiente es desde luego un cambio de mucho mayor calado que reformar el Estatuto, y sería razonable asegurarse bien antes de tomar el paso.

NOTA: a 4/8/15, Artur Mas mismo confirmó que consideran suficiente apoyo la mayoría absoluta de diputados, aunque no provengan de una mayoría absoluta de electores.

5) Entrando en el detalle del apoyo de los votantes en un hipotético referéndum, al tratarse la independencia de un cambio tan radical en la organización política de Cataluña, o tan siquiera por tratarse de un cambio respecto al statu quo presente, ¿sólo contaría el balance de votos no/sí, o se considera que las abstenciones y votos nulos implican un rechazo tácito al cambio porque pasivamente dicen que "la independencia no es de mi interés"? (Me respondo yo mismo apuntando a que siempre se considera sólo el balance no/sí, pero lo dejo ahí como reflexión.)

6) El principio de que los catalanes decidan separadamente del resto de los españoles ¿se aplicaría también dentro de Cataluña para conceder soberanía a los no independentistas respecto a los que sí lo son? Es decir, ¿se atendería a la opción de los votantes a diferentes niveles, primero descartando a los españoles no catalanes, luego viendo si el conjunto de catalanes opta mayoritariamente por la independencia, pero luego quizá admitir para la independencia sólo a las provincias donde esta opción haya sido mayoritaria, pero dentro de ésas sólo a las comarcas con dicha mayoría y, dentro de ellas, a los municipios en el mismo sentido, y quién sabe quizá si podríamos llegar al nivel de colegio electoral o más allá? De esa manera se evitaría caer en violentar la opción de nadie.

7) Respecto a lo permanente del independentismo, ¿se pretende decidir sobre la independencia en una sola ocasión definitiva, o en repetidas?
- Si fracasa la opción por la independencia en determinado momento, ¿se renuncia para siempre a la misma? ¿Cuál es la apuesta que hacen sus promotores, qué es lo que perderían en caso de que saliera rechazada?
- Si no se renuncia hasta que el independentismo triunfe, ¿se seguirían repitiendo después periódicamente las votaciones para decidir si se mantiene la independencia o se vuelve a la unidad de España, especialmente en aras de atender la voluntad popular como hoy se reclama? ¿O la independencia es el fin a conseguir de modo unidireccional e inexorable?

Las respuestas a estas preguntas deben ser claras y estar bien construidas y explícitas en cualquier planteamiento independentista, me parece. Repito, quiero que me lo expliquen para entenderlo, y así poder evitar pensar que se trata de un movimiento tribal, etnocéntrico, xenófobo, o de mera ambición de poder, o peor incluso, que intenta tapar corruptelas y miserias con una bandera étnica. Que no lo plantean personas incapaces de asumir que cualquier sociedad es diversa y las vidas de los que nos rodean no están hechas a imagen y voluntad del esquema ideal de nuestras mentes. Que no acepten que las identidades son individuales y además no tienen por qué ser excluyentes ni, desde luego, un concepto administrativo que defina los límites de un Estado. Que ignoren que la creación de estados en base a identidades ha generado horrendas calamidades a lo largo de la Historia. Quiero poder pensar que no se trata de eso.