06/01/2015

Consideraciones sobre la caída de Roma para estudiantes de Secundaria

Soy profesor de Matemáticas y Ciencias y no de Historia, pero como tengo en Historia también mis estudios y lecturas, quiero hacer unas consideraciones generales respecto a la "caída del Imperio Romano", ese gran tema, con más consecuencias en su posteridad de lo que pareció en su momento (pues Europa y el Mediterráneo aún no nos hemos recuperado). Mi intención es sobre todo desterrar ciertos conceptos simplones que se perpetúan en la enseñanza de este tema.

Cualquier ensayo actual que verse sobre el tema puede usarse como consulta, aunque en mi caso recomiendo particularmente, por haber sido los principales de donde saco lo que a continuación contaré:

Se suele denominar "Caída del Imperio Romano", o se suele concebir, como el hecho de la desaparición del Estado romano en Europa, despiezado por las incontenibles invasiones de unos bárbaros que lo sustituyeron por sus propios Estados, y que dio paso en el año 476 d.C. a la Edad Media.

Esta foto sencilla, sin embargo, es una primera aproximación al concepto que no se puede sostener si no se tienen en mente los muchos detalles que la matizan:

1. Las del s. V no fueron las únicas invasiones
Los germanos protagonistas de las invasiones del s. V lo fueron también de las que hubo en los dos siglos anteriores, así como de algunas del s. VI (lombardos); sin olvidar que en este mismo siglo empiezan las invasiones eslavas, en el VII las árabes, en el VIII las vikingas y en el XI las turcas, estas últimas las que verdaderamente acabaron con el Imperio, como vemos a continuación, porque:

2. El Imperio no desapareció entonces
El Imperio Romano experimentó varias divisiones, unas legales y otras por la fuerza de los hechos en varios momentos. Tomando los episodios con pretensiones de permanencia, tenemos por ejemplo que:
  • En los años 260-274 los Imperios de la Galia y de Palmira estuvieron separados del romano en sus extremos occidental y oriental, respectivamente.
  • A partir de 284, la diarquía establecida por Diocleciano, que luego pasó a tetrarquía (dos Augustos, cada uno con un César subordinado y futuro sucesor) oficializó una división del Imperio en cuatro partes que acabaron por ser las prefecturas de Oriente, Iliria, Italia y Galias, cada una con su capital (ninguna de las cuales era Roma).
  • A pesar de la degeneración del sistema tetrárquico en nuevas guerras civiles por el poder supremo, la división en cuatro subsistió, y sobre ella se asentó a partir de Valentiniano (364-375) la más profunda división del Imperio entre Oeste (que tuvo varias capitales sucesivas) y Este (con su indiscutible capital en Constantinopla, establecida como capital de todo el Imperio por Constantino). No se estableció nunca, sin embargo, que se tratase de una escisión en dos Estados independientes; los respectivos emperadores seguían siendo en teoría diarcas, pero sí funcionaron cada vez con mayor separación y hasta rivalidad.
  • Diferentes regiones del Imperio occidental fueron quedando fuera de la autoridad de sus correspondientes emperadores, hasta que llegado un momento no se mantenía ninguna; pero la mitad oriental seguía siendo Imperio Romano y su emperador podía seguir reclamando autoridad sobre la occidental. Por ejemplo:
    • Durante el s. V reinó la confusión en el trono occidental, y en ocasiones se alzaron emperadores paralelos, algunos de ellos respaldados por la bendición del emperador oriental o incluso enviados por él.
    • Cuando el considerado último emperador, Rómulo, fue depuesto en 476, no se trató de una sustitución del Imperio Romano por un estado bárbaro, sino que se aplicó a Italia el mismo cambio de sistema de gobierno que ya se había hecho en otros territorios: el de ceder su administración a jefes de origen bárbaro que ejercían como generales del ejército romano. Se informó al emperador oriental Zenón de que no le hacía falta nombrar a un colega occidental, que él era suficiente porque Occidente estaba repartido según otro sistema.
    • El emperador Justiniano reclamó décadas después su derecho a disponer de los territorios occidentales y ponerlos bajo la autoridad directa del Emperador, como estaban los orientales, y así logró hacerlo con África, Italia y parte de Hispania.
  • Fue la progresiva independencia de los reinos formados en occidente y la aparición de una conciencia diferencial (por motivos religiosos, lingüísticos, etc.) respecto al Imperio oriental lo que hizo que se negara autenticidad romana a este último hasta el punto de llamarlo "Bizantino" y justificarse su destrucción por la Cuarta Cruzada (1204). Con lo que quedó el camino libre para considerar que el Imperio "había caído" en realidad 476, y que la Edad Media no había sido más que una época oscura causada por las invasiones bárbaras.
3. La fecha no fue 476
Como acabamos de decir, diferentes territorios se fueron desgajando del occidente del Imperio en diferentes momentos, de modo que el Imperio "acabó" en cada uno de ellos en fecha diferente. Por nombrar las más destacables:
  • 358 los francos en el nordeste de las Galias, luego se extienden hasta en 486 apropiarse de todo el norte;
  • 406 los alamanes en Germania Superior;
  • 409 los suevos en Gallaecia;
  • 410 Britania abandonada;
  • 411 en Germania Superior y 443 y años siguientes en el sudeste de las Galias, los burgundios;
  • 418 los godos (visigodos) en Aquitania y a lo largo del siglo en todo el sudoeste de las Galias y el este de Hispania;
  • 429-439 los vándalos y alanos en África, luego también se apropian de las islas del Mediterráneo occidental;
  • mediados del s. V Panonia bajo dominio huno, luego ostrogodo;
  • 476 varios grupos bárbaros del ejército romano, comandados por Odoacro, se hacen con el control en Italia, y todavía por último
  • 480 Odoacro se hace con Dalmacia tras vengar el asesinato de Julio Nepote, el último emperador occidental que había sido enviado por el Imperio oriental.
476 se sigue dando a menudo como fecha única, pero sólo porque es el momento en que la propia capital imperial, que en aquel momento no era Roma sino Rávena, pasó de estar bajo la autoridad (ya casi inexistente) de un emperador al sistema de un rey bárbaro con cargo militar romano. Quizá también porque el emperador depuesto en aquel momento, Rómulo (aunque recordemos que el alternativo Julio Nepote aguantó gobernando cuatro años más sobre Dalmacia), tenía el mismo nombre que el legendario primer rey de la ciudad, y resultaba una narración redonda que Roma empezase y acabase bajo un monarca del mismo nombre. Por ello ni siquiera sirve como referencia la conquista de Roma, porque fue saqueada en 410 por los godos y en 455 por los vándalos; en 476 lo que cambió de manos fue la región fundadora del Imperio, pero sin que la ciudad de Roma fuese conquistada.

4. Los bárbaros no lo eran tanto
  • Para empezar, no eran ajenos ni extraños a Roma. No llegaron de repente de las brumas del Norte o las profundidades del Este y derribaron el Imperio. El contacto transfronterizo fue de siglos, en la Edad del Hierro Romana de los germanos, llamada así por la influencia romana más allá de los territorios que estaban bajo la autoridad de los emperadores.
  • Muchos bárbaros eran parte de las tropas de Roma, como los francos o burgundios, y los títulos de sus líderes eran cargos del ejército. Hasta tal punto estaban los bárbaros integrados en el ejército romano, que algunos autores prácticamente niegan que hubiera invasión alguna, sino que se trató de una revolución en la cúpula del poder a la que luego se atribuyeron unas características étnicas legendarias. Las etnicidades bárbaras no pueden sin embargo negarse a la vista de hechos culturales palmarios, como los préstamos léxicos germánicos (algunos de los cuales pueden datar de antes del s. V mismo, por ser comunes a gran parte de la Romania) y la legislación distintiva germánica (que en muchos casos era supletoria de la romana, o que tenía a ésta como referencia). Lo indiscutido es que los jefes bárbaros ejercieron el poder de manera cada vez más independiente y fueron sustituyendo a las autoridades romanas:
    • de modo progresivo y más o menos solapado, como los visigodos o los burgundios aprovechando la confusión en el poder supremo de los romanos, o
    • declaradamente, como cuando se pasó de la situación de que el franco Childerico fuese leal oficial del ejército romano bajo el mando del general Egidio a que Clodoveo hijo del primero se rebelase y derrotase a Siagrio, hijo del segundo.
  • Muchos grupos bárbaros se hicieron con sus territorios mediante un acuerdo legítimo (foedus) con los emperadores, y ostentaron el título de rey de cara a sus seguidores, mientras para los romanos que seguían estando en esos territorios eran gobernantes delegados por el emperador. Los líderes bárbaros se habían hecho cada vez más aceptablemente romanos, siendo considerados continuadores de un Imperio que no había desaparecido, en un proceso gradual de integración a través del ejército: jefes tribales à generales y altos cargos (Estilicón, Ricimero) à reyes federados à reyes de bárbaros y romanos por igual (Eurico, Teodorico, Clodoveo). En este proceso, el s. V no supuso una discontinuidad, pues al cabo los reyes, aun manteniendo un orgullo germánico, acabaron por serlo de un pueblo integrado (tanto en Hispania como en Galia, pero también en Inglaterra, donde con el paso de los siglos los germanos asimilaron a los britanos) hasta que por fin se dio título, apariencia y consideración imperiales completos a alguien de estirpe germana (Carlomagno, año 800).
  • Tampoco debemos olvidar el hecho bien conocido de que Roma se había "barbarizado" por su parte, o mejor dicho, que las costumbres, estructuras sociales, artes, etc. que solemos identificar con los reinos "bárbaros" de inicios de la Edad Media son en realidad una evolución continua de lo que heredaron de Roma. En los ss. IV y V, los romanos no eran el arquetipo de toga y armadura de placas de la edad de oro, ni los germanos unas bestias en taparrabos.
5. Los reinos bárbaros no sustituyeron completamente al Imperio
Los reyes bárbaros (notablemente francos y visigodos) no crearon estructuras políticas de la nada, sino que heredaron modelos políticos y jurídicos, se aliaron con la población romana regional e incorporaron las estructuras de poder preexistentes. Por ello a menudo se denomina a esos estados "reinos sucesores" del Imperio.
    Entonces ¿en qué consiste la "Caída del Imperio Romano"?
    Buscar causas profundas es complicado y ha sido objeto de innumerables teorías de mayor o menor rigor, y se han aducido causas de toda clase: climáticas, sanitarias, religiosas, militares... Y sin embargo, con la mente abierta a la visión de los ríos de la Historia, la caída de Roma consiste sencillamente en que lo que en un momento estuvo unido, luego ya no lo estaba.

    No ocurrió en un momento clave único y decisivo, que decidió el curso de la Historia. Pues nunca dejó de haber luchas por el poder supremo sobre Roma que amenazaran la unidad del Estado, pero por un tiempo, como en las películas de Los Inmortales, "sólo podía quedar uno": si se alzaba un aspirante aquí y otro allá, al final uno de ellos acababa con los demás. En el s. III los emperadores "parciales" aguantaron algo más, en las Galias y Palmira que hemos visto arriba. De Diocleciano a Valentiniano la partición se hizo oficial, y a partir de ahí la separación fue efectiva, duradera y cada vez mayor... En el s. V ya cada gran pedazo del Imperio occidental iba por su lado: unas provincias abandonadas, otras cedidas, otras invadidas, y Galia e Italia peleándose a ver cuál era capaz de elevar a un emperador. Hasta que llegó el momento, del s. VI en adelante, en que cada rey bárbaro se impuso en uno de esos trozos, pero no más allá, y la autoridad imperial fue cada vez más teórica y menos práctica en occidente... con lo que vamos llegando al concepto de rey y la relación entre reyes y emperadores que nos es típica de la Edad Media.

    El Imperio pervivió mientras lo hizo su capital Constantinopla. La Cuarta Cruzada conquistó la ciudad e hizo saltar el Imperio en pedazos, que cual Terminator 1000 se reorganizaron y al cabo volvieron a hacerse con ella. Por ello se considera que los últimos restos de Roma perviven hasta que los turcos penetran las murallas de la carcasa medio vacía de la ciudad (1453) y por último rinden el último estado producto de la fragmentación causada por aquella Cruzada, el Imperio de Trebisonda (1461). La herencia simbólica que pudieran reclamar los Sultanes otomanos o los Zares de Rusia es ya otro asunto.

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