10/01/2010

Formación de la lengua gallega

Con las dos entradas anteriores en mente, fijémonos en la historia que ha desembocado en la situación lingüística de la Galicia de hoy (en las lenguas de uso más común y tradicional entre sus habitantes).

Para empezar, las lenguas prerromanas han desaparecido: las que se hablan en Galicia y los alrededores inmediatos son dialectos latinos.

Después podemos preguntarnos qué grado de relación tiene el gallego con las demás variantes o dialectos vecinos. Empezando por cuestionarnos el mismo principio, hemos de tener en cuenta que se ha acabado por dar el nombre de gallego, por antonomasia, simplemente a la que históricamente se ha considerado más típica de dicha región.

El gallego no es una rama aislada del árbol de tronco latino. Comparte rasgos con las variantes vecinas: asturiano, leonés, portugués. Si la diversificación de las lenguas funciona como se describe en las entradas anteriores del blog, el que haya una lengua gallega suficientemente diferenciada lingüísticamente de dialectos vecinos se debe a una acumulación de rasgos igualmente diferentes. Ello se podía deber a 1) la natural variación aleatoria de las lenguas, y 2) al establecimiento de modelos de referencia lejanos (ya variados aleatoriamente); ambas cosas ocurrieron en Galicia.

1) Rota la unidad (= modelo común a imitar) latina, no dejó de haber un continuo lingüístico. Con el reino visigodo (ss. VI-VII) existió una élite central para toda la Península Ibérica que aún escribía en latín, es decir, aún no tenía conciencia de usar otra lengua que no fuera la “de toda la vida” (por muy degradada que se considerase). Quizás manteniéndose esa élite latinohablante se hubiese mantenido también una referencia única para toda la Península y hoy tendríamos un panorama más uniforme; pero la invasión musulmana estableció una lengua de cultura radicalmente diferente (el árabe) y por tanto descabezó los dialectos latinos dejando a sus hablantes a su libre albedrío, es decir, hablando sin referencia culta latina.

En esta situación operó la variación aleatoria, haciendo que el latín (romance podemos empezar a llamarlo) de la Península se diversificase sin una tendencia unificadora opuesta. Cuanto mayor es la incomunicación, más abrupta la variación, y así tenemos en el caso de Galicia un Macizo Galaico, unos Ancares, Courel, etc. que favorecieron la diferenciación dialectal respecto al entorno.

Pronto se establecieron reinos cristianos en el norte, entidades políticas que en un principio mantuvieron el latín pero que, a medida que se tomó conciencia de la diferencia de dicha lengua respecto a las del vulgo, se fue abriendo paso a éstas, que ya eran diversas. Quizá no todavía muy separadas unas de otras, no tanto como han llegado a serlo sus descendientes hoy, pero lo sufiente para que dependiendo del lugar se le diese nombre diferente según su territorio. Y a la de Galicia se llamó gallego.

De la fragmentación medieval hereda la España de hoy los dialectos que se hablan en su tercio norte, aproximadamente. En el caso de Galicia, ese proceso explica sus diferencias respecto a asturiano y leonés.

2) Respecto al sur, por aquel entonces el dialecto o lengua gallega tenía su propio continuo de variantes desde el Cantábrico hasta la frontera con el Islam, y quizá no era muy diferente de lo que hablaban los mozárabes del otro lado de la misma. Pero ocurrió la separación política de la mitad sur de lo que fuera el condado gallego, transformado en el reino de Portugal, y con ella se estableció un punto de referencia que ya no tenía en cuenta lo que se hablaba en la mitad norte. Por lo tanto se produjo la diferenciación por el segundo mecanismo, el tener un punto de referencia lejano. Pero éste valía para la mitad sur; para la norte ya no era Portugal la referencia, sino la Corona de Castilla de la que Galicia formaba parte: los gallegos se fijaban en Toledo al hablar. Y es posible que el hecho de que todos los centros de referencia estuviesen lejos contribuyese a mantener la idiosincrasia de la lengua gallega, que dificultase su disolución en ninguna de las lenguas romances vecinas.

Y de ahí llegaré en la siguiente entrada al presente lingüístico de Galicia.

1 comentario:

  1. Parécenme reflexións moi acertadas como tales, pero hai que ter en conta que hai datos contrastados que determinan que as reflexións, por acertadas que sexan, son iso: reflexións. Eses datos contrastados son que as linguas se diversifican por catro causas fundamentalmente: históricas, xeográficas, sociais e situacionais. A diversificación é, polo tanto, unha situación natural, debida ao dinamismo das linguas, bo, o dinamismo do ser humano. A nós só nos cabe describir a situación nun momento dado, por exemplo, aquel en que observamos que un burgalés e un lucense, aínda falando os dous unha modalidade de lingua derivada do latín, non se entenden, e para facelo, para entenderse, teñen que unificar o rexistro. Esta constatación é a que nos permite dicir que aquilo que foi dialecto do latín, agora constituíuse en lingua. Hoxe para que un español e un francés se poidan comunicar teñen que compartir código, pois falando un en castelán e o outro en francés non serán capaces de se comunicar.
    Polo tanto na aparición do galego como lingua romance diferenciada influíron causas históricas, xeográficas, sociais e situacionais. Estas son as mesmas causas que hoxe nos permiten falar de modalidades idiomáticas dentro do galego (dialectos / bloques)ou de calquera outro idioma. Hoxe a historia, cada vez é máis compartida, o sistema de comunicacións moderno superou as barreiras xeográficas, agas recesión e crise grave téndese a unha ampla clase media (maioritaria) e a cultura chega a máis cidadáns e estes saben distinguir unha situación formal dunha coloquial, con tendencia a eliminar formalismos. Por todo isto non é unha utopía pensar nun idioma común, que, en todo caso, non sería de laboratorio, senón o resultado dunha acción popular non voluntaria, segundo o meu parecer. En Galicia puidera chegarse a falar un idioma único, resultado dunha mestura entre galego e castelán: o galego que hoxe fala o pobo, a xente, cando non está politizada. Por certo, todo intento de regular vai en contra da liberdade do individuo, pero este non vai renunciar ao seu papel como depositario da responsabilidade de trasmisión dun sistema de comunicación, xa sexa de xeito voluntario ou espontáneo.
    A. Rey López. 15/01/2010

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